martes, 31 de agosto de 2010

from friends to lovers

La niña se columpiaba tranquila mientras el sol iniciaba su lento descenso hacia donde termina el mar. Una brisa fresca le acariciaba el pelo, ligeros reflejos dorados resultado de un largo verano tomando el sol. No escuchaba a su madre que la llamaba para cenar. Ella cantaba su canción, la que él le había enseñado a principios de julio. Aquélla melodía la reconfortaba, la llenaba de fuerza porque le recordaba a sus manos, a sus ojos, a sus labios que robaron un tímido beso minutos antes de marcharse hasta el verano siguiente. Ahora el verano terminaba, las primeras hojas comenzarían a caer cuando menos se lo esperase y la niña tendría que cantar bajo una manta para no coger un catarro si quería recordarlo durante el frío invierno y cuando las flores volvieran a ocupar su lugar y le dieran color a la ladera de la montaña, cantaría más fuerte para que él la escuchara en su camino de vuelta. Vuelta a sus brazos, vuelta a la orilla juntos, vuelta a jugar en la hierba hasta sentir picores en todo el cuerpo. Vuelta al amor.






Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos..

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