martes, 31 de agosto de 2010

from friends to lovers

La niña se columpiaba tranquila mientras el sol iniciaba su lento descenso hacia donde termina el mar. Una brisa fresca le acariciaba el pelo, ligeros reflejos dorados resultado de un largo verano tomando el sol. No escuchaba a su madre que la llamaba para cenar. Ella cantaba su canción, la que él le había enseñado a principios de julio. Aquélla melodía la reconfortaba, la llenaba de fuerza porque le recordaba a sus manos, a sus ojos, a sus labios que robaron un tímido beso minutos antes de marcharse hasta el verano siguiente. Ahora el verano terminaba, las primeras hojas comenzarían a caer cuando menos se lo esperase y la niña tendría que cantar bajo una manta para no coger un catarro si quería recordarlo durante el frío invierno y cuando las flores volvieran a ocupar su lugar y le dieran color a la ladera de la montaña, cantaría más fuerte para que él la escuchara en su camino de vuelta. Vuelta a sus brazos, vuelta a la orilla juntos, vuelta a jugar en la hierba hasta sentir picores en todo el cuerpo. Vuelta al amor.






Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos..

lunes, 16 de agosto de 2010

girasole


A veces no puedes dejar marchar al pasado. Y a veces hariamos cualquier cosa por olvidarlo. Y a veces aprendemos algo nuevo del pasado que cambia todo lo que sabemos del presente.

Anatomía de Grey.

lunes, 2 de agosto de 2010

sígueme si eres capaz..


¿Qué tienen de especial unos cuantos peces de colores dando vueltas en una pecera? Nada. Pero son capaces de mantener en ellos nuestra atención durante todo el tiempo que pasamos en la sala de espera del dentista. ¿Que por qué? Ni idea. Es así. Hay cosas que no tienen explicación y suceden sin más. Es igual que enamorarse o que morirse. Pasa porque sí. Sin más. Pero siempre hay un pez en el que te centras porque te parece original. Te encanta su forma de abrir y cerrar la boca, de mover las aletas para desplazarse, las pequeñas burbujas que deja a su paso, las maniobras para esquivar a los demás peces. Te encanta. Y lo observas fijamente hasta que la enfermera te llama para pasar a la consulta. Con las personas pasa igual. Siempre hay alguien que destaca sobre los demás y te encanta su forma de hablar, de andar, de mirarte. Y sin razón alguna, te enamoras de esa persona. Y sin razón alguna acabas con él matando el tiempo mirando los peces en la sala de espera del dentista. 


Play: Santos que yo te pinté - Los Planetas