domingo, 21 de febrero de 2010

Excuse me but I just have to explode

Llegaste sin avisar, sin decirme nada, sin consultarme, y para colmo pretendes que tenga un hueco para ti en mi vida cuando creía que te habías marchado para siempre. Tú solito tomaste la decisión de largarte y tú solito tomaste la decisión de dejarme sola, sin más compañía que la aguja del reloj marcando horas interminables y un café frío sobre la mesa de la cocina. Ahora no intentes camelarme y pedirme perdón. Hace poco me di cuenta de que jamás volverías o, de hacerlo, lo harías con el rabo entre los cuernos suplicando perdón, y estaba preparada para ambos casos. El primero habría sido sencillo e indoloro, pero, para no variar, te gusta hacerme infeliz y prefieres meter el dedo en la llaga, y para eso tengo yo este plan preparado:
Paso 1. No me mires, porque no sería capaz de decir esto con tus pupilas intentando escudriñar lo que se cuece en mi interior. Yo no debo mirarte tampoco porque me rompería en mil pedazos y no sería capaz de completar mi hazaña.
Paso 2. No digas nada, déjame hablar a mí y solo a mí. Te lo diré de un tirón y sin tonterías.
Paso 3. Vete y no vuelvas (pero esta vez de verdad).
Estoy segura de que funcionará, y si no, siempre puedo recurrir a la violencia para mostrarte una ínfima parte del dolor que tú me hiciste a mí al abandonarme por una furcia cualquiera sin pensar en las consecuencias que eso tendría para ti.

2 comentarios:

Sol dijo...

me quedo con el paso 3 y lo aplico en general a todos jajajaj me encanta...:)
teq

clara dijo...

cuanto dolor puede hacer un solo encuentro y encima, por casualidad.

JUST DANCE... jujujúuu !!