No nos preparan para esto. No nos dicen cómo tenemos que actuar ante estas situaciones. Cada uno debe aprender a salir del abismo en el que cree encontrarse y llegar a la superficie lo más dignamente posible, con la madurez suficiente para afrontar los problemas y seguir luchando.
Tienes toda la vida por delante y lo sabes, pero duele que los momentos puntuales te hagan reventar. Y te molesta la idea de pensar en un futuro en el que, de momento, te ves sola, sin nadie a quien cuidar, sin nadie que te cuide.
Yo también quiero a alguien que me traiga el desayuno a la cama sin pedir nada a cambio.